Enfrentarse con una triste realidad. |
La prostitución
es un problema social que provoca consecuencias negativas a cualquier sociedad,
ocasionando un sinfÃn de contrariedades, no solo morales, sino también sanitarias.
“Yo elegà esta
actividad porque me da para vivir, lo hago por necesidad. La crisis es tan
fuerte que tengo que vender mi cuerpo, a
veces los clientes son buenos y te dan buenas propinas, otros, pues nada; más
te pagan los ciento cincuenta, doscientos o hasta trescientos bolÃvares que les
cobras y ya. Es mejor trabajar en una casa de masajes, tienes protección porque en la calle los clientes luego se ponen
muy locos, te quieren amedrentar y no te quieren pagar nada”.
Éstas fueron las
palabras que expresó Fabiana Rangel, una joven de 21 años que ofrece el placer
sexual por unos pocos bolÃvares con los cuales apenas le alcanza para comer y a
duras penas subsistir. Asà como ella,
hay miles de mujeres y cientos de hombres que se prostituyen en las calles
caraqueñas. Cada dÃa aumentan las cifras, incluyendo a muchos adolescentes.
La
desintegración familiar, con el abandono del hogar por parte del padre o de la
madre, conlleva muchas veces a suplantar estos afectos por amistades nocivas
que en la mayorÃa de los casos, conducen a la drogadicción, a la ausencia de
valores morales, religiosos, dejándolos con fuertes vacÃos emocionales provocando que los jóvenes caigan en la degradación de su
persona.
Hoy en dÃa podemos
observar que la prostitución, no es solo femenina sino de ambos sexos. Diversas
pueden ser las razones, debido a que es un negocio que esconde muchos intereses
económicos y lo más grave es que predomina una tolerancia social en la que todos
somos cómplices.
Por ello, es muy
indispensable que los padres de la sociedad moderna enfoquen su atención a los
valores y educación de sus hijos, para que ellos a futuro tomen consciencia y
no decaigan en malos pasos.
Actuemos desde
ahora antes que sea demasiado tarde.
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